Autora: Carolina Aguayo Miranda
29/06/2023
Siempre he pensado que el trabajo es como una segunda casa. Convivo todos los días con las mismas personas, comemos, trabajamos, reímos y hasta compartimos nuestros cumpleaños. Crecemos diariamente de manera personal y profesional, todo en el mismo espacio. Pero, ¿qué tanto sabemos de lo que se hace en nuestro lugar de trabajo, además de nuestras funciones? Para mí, esto es muy importante; les comparto el porqué con un poco de mi historia.
Hace 20 años aproximadamente, cuando me encontraba en la preparatoria, busqué un trabajo de medio tiempo en una cadena de comida rápida; estuve ahí aproximadamente dos años, pero aprendí muchísimo. Uno de los principales aprendizajes fue haber pasado por cada una de las áreas del restaurante; inicié limpiando mesas, hasta llegar a ser responsable de la caja y organizar eventos. Siempre me preguntaba «¿para qué es esto?», y no fue sino hasta que pasé por cada una de las áreas del restaurante que lo entendí. Esto me ayudó a visualizar todo como un sistema, a trabajar en equipo, a darle un valor a mi trabajo, a ponerme en los zapatos de las demás personas y a asumir la responsabilidad de lo que me correspondía. Ahí todo parecía una máquina perfecta.
Pasó el tiempo y llevé ese aprendizaje a mi vida laboral. Hasta que en el año 2015 me incorporé como personal administrativo de base al Instituto de Energías Renovables de la UNAM (IER). Las funciones que llevamos a cabo quienes pertenecemos a la comunidad administrativa (base, funcionariado y de confianza), son muy específicas; funciones técnicas y operativas como jardinería, vigilancia, compras, inventarios, comunicación, intendencia, trabajo secretarial, de mantenimiento, entre otras. Cada persona conoce y ejecuta muy bien su trabajo, y colaboramos para contribuir al cumplimiento de las funciones sustantivas de la UNAM: la docencia, la investigación y la extensión de la cultura.
Pero, ¿qué tiene que ver nuestro trabajo administrativo con la investigación que se realiza en nuestro Instituto?, la respuesta la encontramos gracias al evento organizado por la Mtra. Gladys Avilés Ortega, jefa del Departamento de Personal, titulado «Ciclo de Conferencias “¿Qué hacemos en el IER?”».
Cada miércoles, desde el 17 de mayo hasta el 21 de junio, personal de base, funcionariado y confianza, acudimos a pláticas, visitas a laboratorios y, en algunos casos, a talleres prácticos impartidos por la comunidad académica con el objetivo de dar a conocer de viva voz su trabajo y líneas de investigación. Aunque cada semana hay seminarios y eventos académicos en el Instituto, en estos, por su naturaleza, se abordan temáticas científicas que, en la mayoría de los casos, son difíciles de comprender por la comunidad en general.
Con estas actividades aprendimos sobre energía eólica, secado solar, sistemas fotovoltaicos, concentración solar, confort térmico en edificaciones y celdas solares; y cómo nuestro trabajo administrativo aporta a estas grandes áreas de investigación. Entendimos que las actividades de una persona dependen e impactan a otras; que somos parte de un todo y que, como dijera la Dra. Hailin Zhao Hu, «una pequeña partícula de polvo puede afectar todo un experimento».
Al término de cada actividad se realizó una encuesta para conocer si el tema había sido interesante, si la explicación había sido lo suficientemente clara, así como el contenido de la charla. Evaluamos a las personas ponentes y compartimos nuestro interés en saber más de los temas.
Los resultados de este primer Ciclo de Conferencias fueron muy alentadores. En promedio, asistieron 20 personas cada semana y, en la escala del 1 al 5, el 90% de las personas encuestadas calificaron con 5 que los temas fueron relevantes para ellas, que consideran de gran utilidad la información para cumplir con sus funciones en la institución y que les gustaría saber más sobre el tema, además de múltiples comentarios de agradecimiento.
Esperamos que estos esfuerzos se repliquen año con año, con la posibilidad de poder conocer todas las líneas de investigación que se abordan en nuestro querido IER. Los resultados reflejan que estas actividades nos permiten estrechar lazos entre quienes formamos parte de la comunidad administrativa y la comunidad académica. Gracias a estas acciones entendimos que tanto el trabajo de las y los colegas de base como el de las y los investigadores es fundamental para lograr nuestros objetivos institucionales.
Crear comunidad en espacios universitarios nos favorece, tanto para crear un ambiente cordial de trabajo, como para sentirnos felices, como en casa.
Collage del Ciclo de Conferencias “¿Qué hacemos en el IER?”
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